Dentro del Estado Democrático nos encontramos con que los partidos políticos no son los únicos organismos que personifican la existencia del pluralismo, como valor esencial de la democracia. Junto al pluralismo político nos encontramos también con el pluralismo social.
Las sociedades democráticas avanzadas se caracterizan por una pujanza de la sociedad civil, subdividida en una enorme cantidad de grupos e intereses, a veces complementarios, a veces contrapuestos. Ciertamente los partidos han acabado monopolizando la representación política y, a través de ella según hemos referido con anterioridad, también terminan, de forma más o menos difusa, representando intereses pero, a pesar de ello, en los partidos no se agota ni la representatividad ni el pluralismo.
- Grupos de presión
Los diferentes grupos sociales suelen organizarse en defensa de sus intereses. La Ciencia Política ha denominado a estos grupos organizados con el nombre de grupos de presión. Se trata de una terminología que incorpora una cierta consideración negativa, que realmente no debe ser tal si tenemos en cuenta que no son sino manifestaciones del pluralismo social. Si recordamos lo expuesto al tratar del Estado Social comprenderemos que resulta consustancial al mismo que la procura existencial en sentido amplio sea definida y delimitada por la propia sociedad que la reclama.
- El fenómeno de los Lobbies
Sin embargo, en el Estado Democrático el problema radica en decidir si los grupos sociales de interés o grupos de presión funcionan solamente utilizando las vías de hecho mediante una presión difusa y tráfico de influencias o si lo hacen, al menos en parte, de una forma institucionalizada y encuadrados por el Derecho. En este caso pueden desempeñar un papel valioso porque el poder político puede tener información precisa sobre las demandas de los grupos sociales, su situación relativa en el contexto general de la sociedad y la estimación de los costes de todo tipo que supone la satisfacción de las necesidades sociales expresadas. Por eso, en muchos países se ha institucionalizado el fenómeno de los Lobbies (del inglés lobby, pasillo). El nombre proviene de la costumbre de que en los pasillos de los parlamentos aparecieran representantes de estos grupos para abordar a los parlamentarios con demandas concretas o para hacerles ver los inconvenientes de una decisión que iban a tomar. Ha parecido conveniente que, en vez de operar en la sombra propiciando toda clase de corruptelas, estos grupos actúen de forma institucionalizada, a la luz pública. Así por ejemplo en la Unión Europea se ha admitido con toda naturalidad la existencia de estos lobbies y miles de grupos de interés tienen su oficina en Bruselas para estar al tanto e influir sobre las políticas de la Unión. Es más, los procedimientos legiferentes contemplan con absoluta normalidad la audiencia de estos grupos, lo que ayuda a que las decisiones que se adopten se produzcan teniendo en cuenta la información previa y posicionamiento de los grupos afectados. Nada puede resultar más lógico que si, por ejemplo, la Unión Europea va a reformar la Organización Común del mercado del Vino, escuche previamente cuánto tengan que decir todas las organizaciones europeas relacionadas con el vino.
- Grupos de interés: sindicatos, asociaciones empresariales, colegios profesionales o iglesias
En los Estados nacionales estos grupos están menos institucionalizados con carácter general pero, en algunos países se ha llegado incluso a dar relevancia constitucional, pues las Constituciones los han terminado acogiendo, a determinados grupos de interés como es el caso de los sindicatos, las asociaciones empresariales, los colegios profesionales, las iglesias, etc. Incluso se han establecido -Portugal, Francia, Italia, España- unas cámaras de carácter consultivo, es decir sin poder decisorio, y que reciben el nombre de Consejos Económicos y Sociales con la finalidad de que los gobiernos cuenten con el asesoramiento previo de los grupos sociales en ellos representados a la hora de elaborar anteproyectos de leyes de carácter económico y social.
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- El Estado constitucional como Estado democrático
+ Democracia directa y semidirecta
+ La democracia representativa
+ El proceso electoral
+ Los partidos políticos
+ Funciones de los partidos políticos
+ Partidos de cuadros o de notables
+ Partidos de masas
+ Sistemas de partidos
+ El Estado democrático de Derecho
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Fuente:
Introducción al Derecho Constitucional, José Luis García Ruiz. Páginas 232 - 233.